Durante el tratamiento es probable que el paciente sienta una sensación de ardor o quemazón, así como sensación de presión o de distensión de la piel dada la inyección del gas. No obstante, se trata de una técnica segura si se realiza adecuadamente y el paciente puede volver de forma inmediata a su rutina diaria.

Se aconseja que en los días siguientes se beba abundante agua para remover las toxinas y ayudar a depurar el gas.

Después de las inyecciones nuestros profesionales se encargarán de aplicar un masaje en la zona tratada para conseguir que el CO2 se distribuya bien y cumpla con su función.

El número de sesiones necesarias va a depender de las necesidades de cada paciente. En cuanto a la duración de las sesiones, suelen durar entre 10 y 15 minutos.

Dependiendo de la zona que vayas a tratar, se suelen requerir de 5 a 10 sesiones. Lo recomendable según los expertos son 2 sesiones semanales. No es necesario guardar reposo tras las sesiones, pero sí hay que evitar la exposición al sol en los dos días posteriores